La gran despedida

Último jueves antes del comienzo de las clases, sala moncloa, barra libre de cerveza y tinto y alguna copa de por medio... al terminar la barra libre (que amortizamos a los 10 min de entrar) B y C deciden dar un paseo por la playa, es decir, irse al primer banco a fumar. Al rato aparece J, luego D y así sucesivamente hasta quedar un grupito curioso. El caso es que las dos niñas se excedieron un poco, lo peor es que yo le tome el relevo a B cuando ya casi se encontraba bien, y después de una hora suplicando me vi tumbada en el asiento trasero de un coche camino a mi casa.

Esto sólo es el final de la historia, algo accidentado, pero lo importante es que fue una gran tarde, despedida del verano y dicho sea de paso, mía. A partir de este sábado C os contará las anécdotas a 500 km de distancia, desde la capital española.

Sé que hay MM que contar del día de ayer (lo sé porque recuerdo decir "esto sí que va al blog!"), de lo que no me acuerdo es de los MM en sí. De modo que si que si alguien los sabe...

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C

Creo que el momento más místico han sido las 7 menos cuarto de esta mañana, cuando me ha sonado el despertador.

Tampoco me acuerdo de casi nada.

B

Yo me acuerdo de poco más que de los vasos de espuma con un poquito de cerveza, y del suelo encharcado, tanto que parecía un servicio permanente.
Eso sí, los servicios estaban asombrosamente limpios.
D

C, casi se te olvida la regla de los 3 segundos aplicada a una barrita de polen que se cae al suelo de un baño encharcado, no falla nunca ni siquiera en estas ocasiones.

B