La madre que nos parió. Pa un día que decido por fin salir a ver como está la cosa en Chateauroux de noche, y acabo a las 11 fumando magia y viendo Luna Nueva. Vaya mierda de ciudad, y vaya mierda de to. Y lo mejor de todo, a las 4 de la mañana nos levanta la alarma de incendio. Y yo en el cuarto de mis compañeras que me quedé a dormir allí. Y menos mal, porque el origen del fuego fue la habitación justo a coté de la mía. Ya no sé si pensar que un vampiro que brilla con el sol me ha salvado la vida, o si fue la magia. Estoy confusa, podría haberme intoxicado, se podría haber liado pardísima pero por suerte, destino, karma, llamémoslo X, hoy estoy aquí sana y salva. Y con ganas de veros, me quedan dos semanas y poco para ir a Málaga.
Ayer cené en un español, calamares, patatas bravas y croquetas, o cocretas, como prefiráis. Y le dejé mi número al camarero escrito en la cuenta. Estaba cañón, pero fue en contra de mi voluntad. Que solo se me acercan negros y treintañeros alcohólicos. Y así no, no mola. En fin, me voy a seguir dando gracias por seguir viva.
À bientôt!
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